Primera producción de piezas de cerámica de estudiantes de secundaria rural


29 de agosto de 2024

Se trata del CPEM 98 de Aguada San Roque. Una treintena de alumnos de 1º a 5º año fabrican sus propios productos como mates, platos y cuencos. Desde la institución apuestan al proyecto como una salida laboral a futuro.

Los estudiantes secundarios del CPEM Nº 98 de Aguada San Roque están próximos a finalizar su primera producción de piezas de cerámica, que se elaboraron en el taller Huella de Barro del que participan alumnos de todos los años del establecimiento.

“Los jueves son muy esperados por ellos, desde que ingresamos al aula a las 9 comienzan a pedir el espacio de taller”, señaló la docente Evelin Vargas, a cargo del proyecto.

Se trata de una actividad en la que están involucradas las áreas de lenguajes y producción cultural y de ciencias sociales de la escuela situada en Contexto de Ruralidad (ESeSiR), que es pluriaño, de 1º a 5º y con ciclo orientado en Economía Social y Práctica en Emprendimientos. Los alumnos provienen de Aguada San Roque y del paraje Los Chihuidos.

“Ahora estaríamos en condiciones de hacer el esmaltado de las piezas para nuevamente hornearlas y así quedarían finalizadas completamente con este último paso”, indicó Vargas respecto del estado actual de la primera producción, que contiene de 30 a 35 piezas que crearon los alumnos.

Entre las creaciones se contabilizan platos hondos, cuencos de diversas formas, mates, un sopero con manija y tazas. La docente contó que a los estudiantes se les enseñó la técnica del pellizco para que, manipulando el material, “ellos sientan qué es lo que les salía en el momento como primera experiencia”.

Además, destacó que cuando les dijo que ellos mismos podían hacer sus productos, hornearlos y usarlos en sus casas “sus ojitos brillaron, era una ilusión en sus caras con la que uno se retroalimenta todo el tiempo”.

La docente aseguró que el objetivo que persigue la propuesta educativa es acercarle a los alumnos una herramienta que les brinde habilidades a futuro para el desarrollo de un emprendimiento propio, teniendo en cuenta la orientación de la escuela.

La arcilla, que es la materia prima con la que los alumnos trabajan en el taller, se encuentra en el sector donde está ubicada la escuela y por ello de manera permanente se dedican a hacer distintas pruebas para su utilización.

El taller tiene una duración aproximada de una hora, todos los jueves. “Allí realizamos el modelado de la pieza, les explicamos cuáles son las técnicas básicas de construcción, el proceso de emprolijado y demás. Es un proceso largo que les enseña a los alumnos a conocer los estados que atraviesa la materia prima, porque a medida que se va secando, la pieza de cerámica tiene diferentes terminaciones”, detalló Vargas.

Las herramientas con las que trabajan también son fabricadas por ellos a partir de materiales reciclados, “para que les quede bien fácil y práctico y así sigan trabajando con el material”.

El proceso continúa con el traslado de las piezas al municipio de Centenario, donde los docentes hacen uso del horno de cerámica del que dispone la municipalidad para el dictado de talleres. Allí hornean las piezas -paso que se denomina bizcochado-, regresan a la escuela para trabajar sobre detalles y vuelven a Centenario para la última horneada, donde se funde el esmalte de la pieza.

En busca de un horno propio

“La comisión de fomento y los padres están muy contentos con la actividad que están haciendo los chicos, y ellos también están muy entusiasmados, son demasiado proactivos y les gusta mucho el hacer”, acotó la docente.

Los padres, en conjunto con autoridades locales, están avanzando en la posibilidad de comprar un horno de cerámica propio para el CPEM para que el proyecto tenga continuidad. “La materia prima está en Aguada San Roque y es cuestión de tratarla, de hacer los procedimientos necesarios para que los chicos produzcan piezas de buena calidad y puedan ofrecerlos”, indicó Vargas. Agregó que, hacia fin de año, la escuela planea realizar una feria-muestra con la exposición de la producción de cerámica.

El taller también está a cargo de las docentes de Lenguajes y Producción Cultural, Flavia Guanuco y Silvia Villanueva, asignatura que también imparte Vargas. También participan Isaura Bustos, Marcela Pérez y Walter Leguizamón, que son docentes de Ciencias Sociales.

Por su parte, la vicedirectora de la institución, Patricia Vera, señaló que el proyecto “fue posible gracias al apoyo de las familias y la comisión de fomento para ponerlo en práctica”, y resaltó que también recibieron colaboración con la donación de arcilla de la cooperativa de cerámica FaSinPat. “Con los chicos lograron una gran dinámica dentro del taller, se los ve muy contentos revalorizando todo esto que tenemos”, expresó.

“Cuando empezamos a hacer la recolección de la arcilla por la barda, ellos no tuvieron ningún problema; agarraron la pala y salieron a buscar por todos lados”, añadió Vargas. La dinámica del trabajo se rige por un cronograma de tareas. “Por ejemplo, tres estudiantes son los encargados de disponer las herramientas; otros dos o tres estudiantes amasan y preparan la arcilla para el resto. Ellos se fijan qué les toca hacer esa jornada, por lo que notamos que tomaron total compromiso y responsabilidad con el espacio y se sintieron muy convocados con la propuesta”, declaró.

La escuela cuenta con dos aulas, la sala de vicedirección, y cocina. El salón donde se desarrolla el taller está ubicado en frente del establecimiento.

Respecto del futuro del proyecto, la docente expresó: “Me imagino a los chicos tomando capacitaciones y haciendo marketing digital para que puedan tener un público amplio y una salida laboral”. “Nos empuja poner a los chicos del secundario de Aguada San Roque en el mapa y que sean reconocidos por alguna actividad en la que ellos sean muy buenos”, finalizó.